Técnica que consiste en la introducción de un trocar espinal (aguja para
la punción lumbar adecuada al tamaño del niño) en el espacio
subaracnoideo, y cuyo objetivo es la obtención de líquido
cefalorraquídeo (LCR) para diagnóstico y tratamiento (como en el
caso de una meningitis).
En la punción lumbar conviene destacar la importancia de mantener una
postura adecuada, así como la inmovilización del niño para la correcta
realización de la técnica con un mínimo riesgo.
- Preparación del material.
- Contar con la colaboración del niño.
- Utilizar anestésico tópico y local para aliviar el dolor y preparar el
campo quirúrgico con paños estériles.
- Hiperextender la columna de modo que se permita la máxima
separación vertebral entre la tercera y cuarta lumbar, lugar donde
se realizará la punción.

- Palpar el espacio intervertebral y limpiar con solución antiséptica.
Introducir el trocar y una vez en el espacio subaracnoideo sacar el fiador y
dejar fluir el LCR de forma espontánea, nunca aspirar, en niños el
volumen de muestra es de unos pocos ml.
Reintroducir el fiador, retirar el trocar, hacer presión en la zona para
evitar la salida de LCR y ayudar al cierre del orificio. Desinfectar la zona
y poner apósito estéril en el lugar de la punción.
- Rotular las muestras y enviarlas al laboratorio correspondiente.
- Durante y tras la punción, observar si existe cefalea, palidez, alteración
de signos vitales, hormigueo y dolor que se irradia a las piernas. El
niño debe trasladarse a su habitación en la cama y permanecer
acostado durante 10 ó 12h, y se procurará que durante este tiempo
los movimientos sean mínimos.